martes, 5 de agosto de 2008
Mil millones de dólares para salvar la Amazonia
El presidente de Gobierno de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, ha firmado hoy el acuerdo presidencial para crear el Fondo Amazónico con el propósito de luchar contra la deforestación y para promocionar actividades forestales sostenibles. Los fondos pretender llegar a mil millones de dólares en su primer año y ya ha conseguido la primera donación, 100 millones de dólares de Noruega, que se hará efectiva en septiembre durante la visita del presidente noruego a Brasil.
El Fondo Amazónico se gestionará a través del Banco de Desarrollo Brasileño (BNDES). El destino de los fondos se aprobará por un consejo compuesto por tres cámaras: una del Gobierno Federal, otra del Gobierno del Estado Amazónico y la tercera cámara estará compuesta por representantes de la sociedad civil incluyendo ONG, comunidades indígenas, trabajadores rurales, industria y académicos. La decisión de dicho consejo será consensuada y cada cámara tendrá derecho a un solo voto.
Los fondos pueden recibir contribuciones nacionales e internacionales, excepto del Gobierno brasileño que tendrá que garantizar más agilidad e independencia en la toma de decisiones y destino de los recursos.
“Por fin, Brasil conseguirá recursos significativos para luchar contra la deforestación amazónica y admitir el valor de la selva”, afirmó Marcelo Furtado, Director ejecutivo de Greenpeace Brasil.
La iniciativa de Fondos para la Amazonia se ha inspirado en la propuesta de 2007 de Greenpeace y otras ocho organizaciones brasileñas de Deforestación Zero hasta 2015. “Estos fondos concuerdan también con la propuesta de Greenpeace de crear un mecanismo financiero que aumente los fondos para reducir la deforestación tropical a escala global”, aseguró Furtado.
La deforestación tropical es responsable de al menos el 20 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero, más que todas las emisiones internacionales del sector de transporte.
Lula también lanzó un proyecto de ley al Congreso brasileño para crear recursos generados procedentes de la explotación de petróleo de cara a abordar los efectos del cambio climático como parte del Plan Brasileño de Cambio Climático. Este plan se presentó en septiembre de 2007 y su ejecución se ha retrasado.
La tercera medida anunciada hoy ha sido la revisión del llamado Protocolo Verde, en el que los bancos brasileños se han comprometido a financiar actividades sostenibles. El Gobierno brasileño todavía está esperando a que estos bancos privados se adhieran a la iniciativa.
— Greenpeace
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